Las mujeres con una dieta rica en vitamina B tienen menos riesgo de desarrollar síndrome premenstrual.
El síndrome premenstrual (SPM) es un grupo de síntomas que comienzan una o dos semanas antes de la menstruación y que en algunas mujeres son lo suficientemente graves para interferir con sus vidas.
Entre los síntomas se encuentran: senos inflamados y adoloridos, acné, distensión abdominal y aumento de peso, dolor de cabeza o en las articulaciones, ganas de comer, irritabilidad, cambios de humor, crisis de llanto y depresión.
Un estudio revela que las mujeres que consumen más alimentos como la espinaca y los cereales fortificados tienen hasta un 25 por ciento menos riesgo de tener SPM, publica American Journal of Clinical Nutrition, a diferencia de las que consumen la vitamina a través de suplementos.
La tiamina y la riboflavina son dos de los varios tipos de vitaminas B. El estudio no afirma que ambos protejan del SPM; es posible, por ejemplo, que las mujeres que consumen más cantidad de esas vitaminas tengan otros hábitos o características que influyan en la prevención.
Aun así, las mujeres que estén preocupadas por el SPM “deberían revisar su dieta y asegurarse de que consumen una cantidad diaria razonable de alimentos ricos en tiamina y riboflavina”, dijo Elizabeth Bertone-Johnson, profesora asociada de salud pública de la University of Massachusetts.
EL SPM grave, que afecta a una de cada seis mujeres, se controla a veces con píldoras anticonceptivas o antidepresivos, comentó Bertone-Johnson, coautora del estudio.
Reducir el riesgo de desarrollar el trastorno a través de la alimentación es una alternativa a esas terapias, que son costosas y pueden tener efectos adversos.
El equipo estudió la dieta de más de 3.000 mujeres, que habían respondido tres cuestionarios alimentarios en 10 años. En ese período, 1.050 desarrollaron síntomas moderados a graves de SPM, como ansiedad, depresión, irritabilidad, dolor abdominal, fatiga e inflamación abdominal.
El Instituto de Medicina de Estados Unidos recomienda que las adultas consuman 1,1 mg de tiamina y de riboflavina por día. Pero el equipo observó que se necesitaría una dosis más alta para obtener algún beneficio.
Las participantes que consumían 1,9 mg/día de tiamina eran menos propensas a tener SPM: lo desarrollaron dos de cada cinco, a diferencia de tres de cada cinco del grupo que consumía 1,2 mg/día.
Las proporciones fueron similares para las consumidoras de 2,5 y 1,4 mg/día de riboflavina.
Según Bertone-Johnson, esa cantidad de tiamina y riboflavina es fácil de alcanzar, ya que se traduce en dos o tres porciones de cereal fortificado, tres cuartos de una taza de legumbres secas u 85 gramos de carne roja para la tiamina, y en uno o dos porciones de cereal u 85 gramos de hígado vacuno para la riboflavina.
Esta es la primera vez que se prueba una relación entre los nutrientes alimentarios y el SPM, opinó Ellen Freeman, profesora de obstetricia/ginecología y psiquiatría de la University of Pennsylvania en Filadelfia.
“El estudio sugiere que las vitaminas B tendrían un papel en la aparición de los síntomas” del SPM, agregó Freeman, que no participó del estudio.
A pesar de que se estudia desde hace décadas, nadie sabe qué causa el SPM, aclaró Bertone-Johnson.
Los suplementos, que en el estudio no se pudieron asociar con los síntomas del síndrome, son una opción muy popular para tratarlo, aunque no existen pruebas de que den resultado, según los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos.
A las mujeres sin SPM, Bertone-Johnson les sugirió tener una dieta saludable y variada. Así, “recibirán la cantidad suficiente de esos nutrientes y otras sustancias beneficiosas”, indicó.
FUENTE: American Journal of Clinical Nutrition, online 23 de febrero del 2011